La pandemia global del coronavirus ha traído consecuencias en todas las economías del mundo. Muchas cifras macroeconómicas en todos los países, tendrán valores negativos en líneas generales al cierre de este 2020.
Los inversores en Wall Street, están mirando la crisis desde la barrera temiendo que en cualquier momento pueda suceder algo que desencadene una nueva crisis financiera. Sin embargo, debido a las elecciones, el tiempo está jugando a su favor porque hasta que no se defina la próxima semana el futuro de los Estados Unidos, todo continuará en «Stand by«.
Uno de los sectores más afectados, sin duda será la banca, pues se estima que los precios de los bienes raíces comerciales ya se han desplomado vertiginosamente este año, debido a que la gente dejó de ir a las oficinas y los negocios minoristas se interrumpieron.
Las consecuencias de esto, es esta menor necesidad por inmuebles y espacios comerciales, podría generar una cantidad significativa de pérdidas para los bancos, según un informe reciente de Adam Slater, economista especialista de la firma Oxford Economics.
Comparando la situación actual con recesiones anteriores, las pérdidas por préstamos de propiedad comercial fueron “fuertes” y hay señales preocupantes de que esta tendencia podría repetirse esta vez durante la desaceleración inducida por el coronavirus, señaló Slater.
Para Slater, en el peor de los casos, estas pérdidas crediticias “erosionarían materialmente” el capital bancario. Ya que esto obviamente impactará los activos financieros que respaldan muchos créditos, cuyas garantías pueden haber perdido valor.
“Las grandes caídas de precios (de bienes raíces comerciales) generalmente se traducen en grandes pérdidas para los bancos. Las cancelaciones de préstamos (de bienes raíces comerciales) hicieron una gran contribución a las pérdidas bancarias generales en las dos últimas recesiones importantes”, escribió Slater.
En los EEUU, durante la gran crisis financiera de 2008, estas pérdidas crediticias representaron entre el 25% y el 30% del total de cancelaciones de préstamos. Por lo que esta vez, esos riesgos parecen más altos en EEUU, Australia y partes de Asia, como Hong Kong y Corea del Sur.
Obviamente, en estas economías, el crecimiento de los préstamos ha sido elevado, con una exposición crediticia “significativa”. Pero los precios de las propiedades comerciales ya están cayendo, especialmente en Hong Kong, según el informe.
Sin duda Hong Kong, se ve doblemente afectada, porque está pasando por un fuerte período de intimidación del Partido Comunista Chino (PCCh), el cual ha tomado prácticamente el control de todos los estamentos de gobierno de la isla generando una gran presión social y política.
Esto ha provocado que muchas personas comiencen a vender propiedades para escapar del control del PCCh en Hong Kong, lo que puede derivar en que quizás un exceso de oferta derrumbe los precios del mercado inmobiliario.
Igualmente, en Asia, si se observa Singapur, los alquileres de oficinas tuvieron su caída más pronunciada en 11 años en el tercer trimestre, según mostraron los datos oficiales la semana pasada. Los alquileres de oficinas cayeron un 4,5% en el último trimestre hasta septiembre.
Esto ocurre a pesar que ese país sigue siendo uno de los más atractivos a la inversión que existen a nivel global por sus claras políticas y excelente entorno económico.
Sin embargo, si se analiza el índice de la firma Oxford Economics, de precios globales de bienes raíces comerciales basado en siete grandes mercados muestra que han bajado un 6% con respecto al año pasado y esto es precisamente la señal que preocupa.
“¿Podría la crisis del coronavirus conducir, a través del sector inmobiliario comercial, a problemas a largo plazo para los sistemas bancario y financiero? … Creemos que es una preocupación genuina”, escribió Slater.
Slater, manifestó que: “actualmente, los hoteles funcionan con tasas de ocupación muy bajas, las unidades minoristas han experimentado una fuerte caída en la afluencia de clientes y muchas oficinas están cerradas o funcionando con niveles muy bajos de personal”.
Además, el economista agregó: “En estas circunstancias, los ingresos por alquileres y los reembolsos de la deuda de los sectores afectados están en serias dudas”.
Aunque en líneas generales todos los bancos corren grandes riesgos, hoy en día los bancos están en mejores condiciones para absorber estos riesgos en comparación con lo sucedido en septiembre del 2008.
Según lo señalado en el informe por Slater, los índices de capital y apalancamiento bancario están alrededor del doble de los niveles de hace una década, por lo que están mejor preparados para cualquier contingencia.
Como se recordará, tras la crisis esta financiera que comenzó cuando el banco de inversión Lehman Brothers se declaró en bancarrota y que arrastró al sistema financiero global, se introdujeron reformas para mitigar el riesgo y mejorar la resiliencia del sector bancario mundial.
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