Este lunes, el expresidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, compareció ante un tribunal de Nueva York, donde está siendo juzgado en lo civil junto a dos de sus hijos por presunto fraude, en otro caso impulsado por la fiscal general de Nueva York, Letitia James.
La oficina de la fiscal James, ha conducido una larga investigación que involucra varias empresas del exmandatario estadounidense, entre las que se encuentran la Torre Trump, sus restaurantes y boutiques en la prestigiosa 5ª Avenida de Manhattan y el rascacielos casi centenario de Wall Street, en el distrito financiero.
No obstante, los negocios que posee The Trump Organization, “la Organización Trump”, fuera del estado de Nueva York, constituidos por varios hoteles de lujo, clubes de golf y clubes privados como la residencia Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida están fuera de esta investigación.
De acuerdo con la fiscalía, los negocios de la Organización Trump, en Nueva York se sobrevaloraron supuestamente en “más de 300 millones de dólares”, lo que les permitió acceder a préstamos mayores de la banca de ese país, gracias a activos sobrevalorados cometiendo el delito de fraude.
La oficina de la fiscal general, sostiene que durante algunos años, Trump, sus hijos adultos y su empresa familiar inflaron su riqueza en más de 2.000 millones de dólares para poder obtener condiciones favorables de los bancos y el derecho a presumir sobre su riqueza general.
“Año tras año, préstamo tras préstamo, los acusados tergiversaron el patrimonio neto del señor Trump”, dijo Kevin Wallace, Asesor Superior de Cumplimiento de la División de Justicia Económica de la Oficina del Fiscal General del Estado de Nueva York, durante los discursos de apertura el lunes por la mañana.
Wallace, señaló que si bien una cosa podría ser exagerar para una audiencia televisiva o para la lista de las personas más ricas de la revista Forbes, “no se puede hacerlo mientras se realizan negocios en el estado de Nueva York”, por lo que se inició este juicio contra Trump.
Hasta marzo de 2023, los bienes inmobiliarios en Nueva York representaban 720 millones de dólares de la fortuna del expresidente (de un total de 2.500 millones), según datos de la revista Forbes.
De allí que, durante el juicio, Wallace se encargó de arrojar dudas sobre el valor de algunas de las propiedades emblemáticas de Trump, incluida la Trump Tower en Manhattan. El Asesor Superior de Cumplimiento de la fiscalía de Nueva York, durante el juicio sentó las bases para un cálculo del patrimonio neto del expresidente más cónsono con la realidad.
En una primera decisión como castigo inicial, el juez de la Corte Suprema del estado de Nueva York, Arthur F. Engoron, revocó las licencias de Trump para operar sus propiedades en Nueva York. Para muchos, esta medida podría aplastar gran parte del negocio conocido como la Organización Trump, sin embargo, otros opinan que no es así y faltaría mucho más para acabar con dicha empresa.
Pero, en caso que la oficina del fiscal general llegue a probar su caso, el juez sólo podría imponer una amplia gama de castigos a Trump, incluida una multa de 250 millones de dólares y la prohibición de volver a operar un negocio en Nueva York, aunque ninguno tiene que ver con el ámbito político como lo señala el expresidente.
Al salir de la sala del tribunal, Trump atacó personalmente a James y al juez Engoron, e incluso sugirió que eran criminales. El expresidente, ante los alegatos de la fiscal, manifestó: “Es una estafa, es una mentira” y reiteró que la demanda entablada por James es un intento político de impedir que regrese a la presidencia.
“Lo que hay aquí es un intento de perjudicarme en una elección”, puntualizó Trump, y además, agregó: “No creo que el pueblo estadounidense lo vaya a tolerar”. Además, dijo “Deberían perseguir a esta fiscal general”, en un claro llamado a sus seguidores a unirse a sus ataques contra la fiscal James, mientras al tiempo que llamaba al juez Engoron un “juez deshonesto” que “debería estar fuera de su cargo” y el caso contra “Una caza de brujas, es una vergüenza”.
De hecho, en su plataforma Truth Social, el exmandatario defendió que los bancos prestamistas han sido reembolsados “en su totalidad, con intereses, sin impagos y sin víctimas”, algo que su defensa también está dispuesta a luchar con uñas y dientes sobre la valoración de los activos.
Y es que, el equipo legal del expresidente Trump, anunció que apelará la decisión judicial, ya que a su juicio, están buscando desesperadamente destruir la imagen y el prestigio del presidente 45 de Estados Unidos, para inhabilitarlo políticamente y destruir su imperio financiero con múltiples acusaciones sin precedentes en la historia de la nación.
En esa misma línea, uno de los abogados de Trump, Chris Kise, acusó al juez Engoron encargado de supervisar el caso por supuestamente querer “nacionalizar uno de los imperios corporativos más prósperos de Estados Unidos y tomar el control de la propiedad privada, pese a que reconoce que no hay pruebas de impago, incumplimiento, morosidad o reclamación de perjuicio”.
Mientras tanto, desde la bancada republicana, se ha tachado a la fiscal James, como una “activista política y extremista de izquierda”, que busca acabar con el camino de regreso a la Casa Blanca del expresidente. Pero la fiscal James, declaró en rueda de prensa “La ley es a la vez poderosa y frágil”. “No importa cuán poderoso sea alguien, ni cuán rico, nadie está por encima de la ley”, agregó la fiscal de Nueva York.
En cualquier caso, este juicio en Nueva York que inicia meses antes de que comiencen las elecciones primarias republicanas en febrero, promete ser bastante técnico, por lo que se espera que declaren varias decenas de testigos.
Entre ellos, estarán en la lista al menos tres de los hijos del expresidente: Eric, Donald Jr. e Ivanka “que inicialmente también estaba en la mira de la denuncia pero que finalmente no fue inculpada” así como también el exdirector financiero de la Organización Trump, Allen Weisselberg.
Además, entre los testigos también figuran el exabogado de Trump, Michael Cohen, que se ha convertido en uno de sus enemigos más acérrimos y uno de los críticos del expresidente. Durante este juicio, se determinará qué pena deberá pagar Trump y si será desterrado del mundo inmobiliario de Nueva York que lo hizo famoso.
Dado que este caso, será decidido por el juez y no por un jurado, una vez que concluya el caso civil, el exmandatario y virtual candidato a la reelección se enfrentará a cuatro juicios penales más que pudieran ponerlo en aprietos legales.
Estos juicios abarcan una variedad de temas desde pagos para mantener su silencio a una estrella porno, el manejo de documentos clasificados y sus esfuerzos por permanecer en el poder después de perder las elecciones de 2020.
No cabe duda que este caso, ha tocado la fibra sensible del expresidente Trump, ya que los argumentos de la oficina del fiscal de Nueva York, lo retratan como un tramposo más que como un importante y visionario empresario, lo que socava la imagen que construyó mientras se catapultaba del sector inmobiliario a la fama de los reality shows y, en última instancia, a la Casa Blanca.
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