Con la llegada del coronavirus SARS-CoV-2 a finales de 2019, que derivó en la pandemia de la enfermedad COVID-19, la economía general en todo el mundo, ha registrado drásticos cambios y la de los Estados Unidos, no es inmune a los efectos catastróficos de la misma. Aún más cuando en este país, fue donde la enfermedad se cobró mayor cantidad de personas contagiadas y víctimas, provocando el cierre de la economía en general.
El impacto de la pandemia en Estados Unidos, era previsible, pero tras la llegada de las ayudas provistas por el paquete de estímulo, a las personas y a importantes sectores de la economía, las cosas parecen estar mejorando en el país. Sin embargo, aunque se está percibiendo la reactivación económica y la recuperación de algunas cadenas de suministros que estuvieron afectadas durante la pandemia, también el norteamericano común está sintiendo el impacto general de la inflación.
La inflación en Estados Unidos se ubicó en el mes de mayo en 5% respecto al mismo periodo del año pasado, por lo que esto ha disparado las alarmas entre los inversionistas y economistas, debido a que podría obligar a la Federal Reserve System (Fed), «Sistema de la Reserva Federal» a cambiar su política monetaria actual con las tasas en casi cero.
Este incremento de la inflación en mayo, es prácticamente el mayor aumento desde la Gran Recesión vivida en el país a partir de 2008, el cual fue impulsado principalmente por el alza de los precios de la energía y de los autos usados, informó el jueves el gobierno federal. No obstante, los alimentos y artículos de primera necesidad continuaron con su tendencia al alza, debido al aumento constante de los precios en los productos de estos rubros, a pesar que los responsables políticos de manejar la política monetaria insisten en mantener el rumbo.
Esto a su vez se ve reflejado en cómo los analistas están percibiendo una gran incertidumbre respecto de las perspectivas de crecimiento económico de los Estados Unidos, ya que el impacto de la pandemia ha sido muy fuerte. En parte esta inflación se originó tras pasar por una de expansión económica récord en Estados Unidos, la cual llegó a su fin a causa del COVID-19, con oscuros pronósticos de una profunda recesión en 2020 y 2021.
Aunque, la inyección de la ayuda federal a la economía y la reapertura tras iniciarse la vacunación, controlaron la llegada de la recesión, es probable, que ante un escenario donde la inflación se haga más fuerte y, especialmente, más duradera, podría obligar a la Fed a realizar subida de tipos de interés para iniciar un cambio sus políticas monetarias para contener el deterioro de la economía.
De todos modos, ya las autoridades estadounidenses llevan meses advirtiendo de que la inflación subiría, por lo que la noticia no cayó de sorpresa, pero la intensidad de su avance sobrepasó todas las previsiones. Tanto el presidente de la Fed, Jerome Powell, como la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, insistieron tiempo atrás en trasladar el mensaje de que el aumento de la inflación sería algo temporal, y no trastocaría los planes de no subir tipos antes de 2024.
En abril, la inflación se ubicó en el 3,6% y el salto en mayo eleva las preocupaciones que desde hace varias semanas se mantenían latentes en Wall Street. Pero la cifra de inflación en mayo despertó el temor de los analistas, sobre un cambio en la Fed, para controlar este fenómeno.
Sin embargo, todavía las perspectivas continúan siendo muy inciertas, ya que resulta difícil estimar las repercusiones sociales y económicas de la pandemia, que dependerán del éxito en la contención del brote y de las medidas adoptadas para reiniciar la actividad económica.
Hasta ahora, las cifras de la inflación continúan la tendencia alcista observada desde enero, a medida que la mayor economía del mundo repunta y los precios continúan su ascenso en un tono preocupante para inversionistas debido a que podría ponerle un freno al consumo.
Si se excluyen los precios volátiles alimentos y bienes energéticos del Consumer Price Index (CPI), «índice de precios al consumo (IPC)» más «básico», la subida fue de un 3.8% en el último año, sin ajuste estacional, «el mayor aumento en 12 meses desde el periodo que terminó en junio de 1992«, de acuerdo con un reporte del Bureau of Labor Statistics (BLS), «Oficina de Estadísticas Laborales«.
El IPC subió un 0,6% el mes pasado, según cifras con ajuste estacional, menos que en abril pero por encima de las previsiones. El IPC básico aumentó un 0,7%. Los precios del petróleo -que se desplomaron e incluso llegaron a ser negativos el año pasado- se han recuperado a medida que la economía se ha reabierto, y los datos mostraron un aumento del 56,2% en comparación con mayo del 2020.
La inflación en Estados Unidos alcanzó en abril 3,6% en 12 meses, debido al aumento de la demanda y las dificultades de abastecimiento, de acuerdo a los datos del U.S. Department of Commerce, «Departamento de Comercio de Estados Unidos«.
La mayor alza de precios ocurrió simultáneamente a bienes y servicios y fue mucho más alta que la de marzo, cuando la inflación alcanzó 2,4% en 12 meses, según datos revisados en leve alza. De hecho, los precios de la energía crecieron 24,8% y el incremento de la inflación en 12 meses es el más severo en un año.
Por otro lado, los ingresos de los hogares, tuvieron en abril una histórica caída de 13,1%, muy por encima de lo esperado. En mayo se mantuvo la misma tendencia de descenso, luego de una disparada en marzo (+20,9%) debido a los cheques enviados por el gobierno federal a las familias para estimular la economía. Las ayudas a los desempleados también cayeron en abril y mayo, indica el informe del Departamento de Comercio.
Pero las voces desde la Casa Blanca y los demócratas en el Congreso, manifiestan que el aumento de la inflación no solo es temporal, sino que también es una característica de una economía en recuperación. Para los defensores de este aumento de la inflación, las vacunas más generalizadas y los recuentos más bajos de casos de coronavirus están ayudando a los estadounidenses a volver a sus viejos hábitos de gasto y a liberar meses de ahorros acumulados.
También los demócratas defienden que la economía agregó 559,000 empleos en mayo, y los primeros cuatro meses de la presidencia de Joe Biden han visto más de 2 millones de empleos agregados nuevamente a las nóminas. Pero, en el otro lado de la calle, no lo tienen tan claro. Los republicanos tienen un diagnóstico de la economía muy diferente, y aprovecharon los datos de inflación del jueves para emitir sus últimas advertencias.
El Partido Republicano insiste en señalar que el paquete de estímulo de 1,9 billones de dólares que Biden firmó en marzo es el causante de esta inflación, argumentando que un proyecto de ley tan extenso abrumará a la economía y pondrá a la Fed detrás de la curva cuando se trata de controlar la inflación.
© 2020-2021 BlockTrendy.com | Breaking News & Top Stories, Latest World News, Viral stories, Technology, Blockchain and more! – Para leer más sobre nuestros principios y prácticas periodísticas ingrese aquí.
0 Comments