En los Estados Unidos, ha habido una tendencia que está llamando la atención de los investigadores demográficos. Y es que en las estadísticas se está viendo que los nacimientos están en declive, al punto que se estima que nacerán 300 mil bebés menos en 2021, a pesar de que los estadounidenses han tenido que estar más tiempo en casa debido a la pandemia.
Según los expertos de Brookings Institution, una organización de políticas públicas sin fines de lucro con sede en Washington DC, la natalidad en Estados Unidos ha estado cayendo durante casi una década.
De hecho, aunque ya en 2019 se había registrado la menor tasa en 35 años, las cifras finales que están proyectadas para 2020 y 2021, se observa que estas cifras podrían descender aún más, pero esto seguirá descendiendo aún más, pues las parejas del país tendrán menos bebés en 2021, según la proyección demográfica.
De hecho, el equipo investigador de Brookings Institution, integrado por Melissa S. Kearney y Philip B. Levine, concluyeron en este informe: “Cuando el mercado laboral es débil, las tasas de natalidad agregadas disminuyen; cuando el mercado laboral mejora, las tasas de natalidad mejoran”.
La caída en la natalidad se produce cuando la pandemia ha creado un mercado laboral turbulento que ha perjudicado de forma desproporcionada a las mujeres, cuya participación en el mercado laboral ahora se ha reducido al 57%, el nivel más bajo desde 1988, según el National Women’s Law Center (NWLC), «Centro Nacional de Leyes de la Mujer«.
Otro factor que ha influido en esta disminución, ha sido que producto de los extensos cierres de escuelas y guarderías, millones de mujeres se han visto obligadas a equilibrar la supervisión y educación en el hogar de sus hijos con el trabajo que desempeñan en las empresas, así como con otras responsabilidades.
Del mismo modo, las encuestas realizadas a nivel nacional, revelaron que muchas parejas retrasan los embarazos, tienen relaciones sexuales con menos frecuencia y quieren menos hijos debido a la pandemia y sus costos económicos asociados, de acuerdo con el Guttmacher Institute, «Instituto Guttmacher«, con sede en Nueva York, una organización privada sin ánimo de lucro que apoya el derecho al aborto y desde esa perspectiva promueve la salud reproductiva.
En este estudio, se explica que el estancamiento de la población infantil del país sería aún más grave si no fuera por las contribuciones de las familias afroamericanas e inmigrantes que viven en el pías.
Esto se debe principalmente, a que «los inmigrantes y sus hijos nacidos en Estados Unidos, juntos, son más jóvenes que el resto de la población, la inmigración de las últimas décadas desde América Latina, Asia y otros lugares sirvió para reforzar el tamaño de la población infantil del país«, según el mismo informe de la Brookings Institution.
Esto es evidente en las contribuciones de diferentes grupos raciales y étnicos durante el período de 2010 a 2019, que mostró que los latinos o hispanoamericanos, los asiáticoamericanos y los niños que se identifican como dos o más razas contribuyeron a todas las ganancias de población infantil del país.
Cuando se analizan los datos de 32 de los 50 estados del país, se puede observar cómo la tasa de natalidad se redujo en más del 4% en 2020.
Tan sólo en diciembre California y Hawaii vieron 10% y 30% menos nacimientos respectivamente que en diciembre anterior.
Cuando esto se evalúa contra las estimaciones de la United States Census Bureau, «Oficina del Censo de Estados Unidos«, entre julio de 2019 y los 12 meses siguientes, la población nacional sólo creció en 1,1 millones de personas, hasta superar los 329 millones de residentes.
Esto apenas es un 0.35% de aumento de la población del país, el cual es significativamente el aumento más pequeño que se ha visto en la demografía del país, en lo que va de este milenio y también del siglo pasado.
Viéndolo en perspectiva, al comparar este porcentaje con los años del apogeo de la gripe española, la tasa de crecimiento de 1918 a 1919 fue del 0.49%, incluso con las tropas estadounidenses en el exterior durante la Primera Guerra Mundial.
Además, algo que también se tiene que evaluar, es que gracias a los afroamericanos y a los inmigrantes, la tasa de natalidad no ha decaído aún más. De hecho, de no ser por estos grupos étnicos en Estados Unidos, la disminución de la población infantil en la última década habría sido sustancial.
La población de niños blancos (aquellos que no se identifican como miembros de otros grupos raciales o étnicos) ha ido disminuyendo desde el 2000, debido al envejecimiento más avanzado de los blancos y una proporción proporcionalmente menor de mujeres blancas en edad fértil.
En base a esto, se prevé que esta población de blancos en el país, seguirá disminuyendo progresivamente en las próximas décadas.
De manera similar, hubo disminuciones más modestas en el número de niños afroamericanos, así como entre los que se identifican como nativos americanos.
Mientras que gracias a los latinos o hispanoamericanos, los asiáticoamericanos y las personas que se identifican como de dos o más razas, han sido los grupos principales responsables de frenar una mayor disminución de la población infantil.
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