La empresa Flex LTD., el tercer mayor fabricante de microchips del mundo estima que la escasez global de chips durará, como muy poco, un año más y que incluso podría llegar a extenderse hasta 2023. Esta empresa estadounidense que fue fundada en Singapur y cotiza en Wall Street en (NASDAQ: FLEX), posee más de medio siglo produciendo microchips y por su relevancia en la industria su pronósticos ha sido recibido por los analistas y empresas que dependen de estos chips con preocupación.
Para Flex, estos sombríos pronósticos sobre el ya denominado ‘chipageddon‘, que está obligando a los grupos de automóviles y electrónica de consumo a replantear sus cadenas de suministro, podría incluso ponerse peor, pues podría llevar a una guerra de chips sin sentido, que termine afectando los precios de los productos finales que utilizan esta tecnología.
Flex, que tiene su sede principal en Singapur, cuenta con más de 100 emplazamientos en 30 países de Europa, Asia y América y fabrica dispositivos electrónicos para compañías como Ford, Dyson, Ocado o HP, por lo que es un gran comprador de chips.
De acuerdo a una entrevista del Financial Times, con la directora de compras y cadena de suministro de Flex, Lynn Torrel, los fabricantes de semiconductores en los que confía su empresa, han retrasado su previsión sobre cuándo terminará la escasez.
«Con una demanda tan fuerte, la expectativa es de mediados a finales de 2022 dependiendo del producto básico. Algunos esperan que la escasez se prolongue hasta 2023«, ha advertido Torrel. Además añadió, que la vacunación masiva será la «salvación» de esta situación de escasez, ya que para Torrel, el panorama podría mejorar si los consumidores empiezan a derivar más gasto hacia los servicios menos a productos electrónicos de consumo una vez la normalidad vaya siendo mayor.
Debido al rápido repunte en las ventas de vehículos, videoconsolas, ordenadores y televisores tras la pandemia ha dejado sin recursos a los fabricantes de chips, que ya suman más de seis meses reduciendo las compras para su cadena de suministros y producción de microchips para la industria.
Tampoco hay que olvidar, el retraso que ocasionó el bloqueo que duró varios días del Canal de Suez el pasado mes de marzo, la tormenta de frío y nieve en Texas o el reciente incendio en una gran fábrica de chips en Japón, eventos que a todas luces, impactaron la cadena de suministros global.
Para Revathi Advaithi, la CEO de Flex, esta interrupción provocada por la pandemia está impulsando a sus clientes multinacionales a considerar la reestructuración de sus cadenas de suministro. A su juicio, poco tiene que ver ahora la guerra comercial entre Estados Unidos y China, porque algunos se estarían planteando hacerlas más regionales.
«La mayoría de las empresas no tomarán la decisión de regionalizar solo en las tarifas. […] Saben que podría ser algo a corto plazo, pero cosas como la pandemia y la escalada de los costos de envío que afectan el costo total de propiedad impulsan la regionalización«.
De hecho, en el caso concreto de la empresa Flex, se vieron obligados a interrumpir la producción de una amplia gama de productos electrónicos, derivado de esta situación.
Advaithi, señala que su previsión pesimista se argumenta en la complejidad de las nuevas instalaciones que están abordando los fabricantes para mejorar la capacidad de producción, un proceso que podría llevar hasta dos años.
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