Se pudo conocer, que la administración del presidente Joe Biden, ha decidido que los trabajadores esenciales no residentes deberán estar completamente vacunados contra el COVID-19 antes del 22 de enero cuando crucen las fronteras terrestres de Estados Unidos o las terminales de ferry, en una medida que se esperaba que anuncie la Casa Blanca en éstos días.
Con esta medida, los conductores de camiones, servicios de emergencia y los funcionarios gubernamentales estarán sujetos a las mismas reglas que aquellos que cruzan la frontera desde Canadá o México por placer, según lo que adelantó este martes un alto funcionario de la administración Biden.
De acuerdo a esta nueva política, los ciudadanos estadounidenses y los residentes permanentes aún podrían ingresar a los Estados Unidos, incluso si no se hubieran vacunado, pero enfrentarían pruebas adicionales de COVID-19 como una precaución de salud pública y un desincentivo para permanecer sin vacunar, según al funcionario, quien habló bajo condición de anonimato.
De hecho, la Casa Blanca retrasó un requisito de vacunación para los viajeros esenciales a principios de este mes para no interrumpir con el comercio intracontinental, que ha continuado sin cesar desde el inicio de la pandemia.
Sin embargo, las regulaciones que están por venir, están siendo criticadas como “mandatos gubernamentales innecesarios” por la Owner-Operator Independent Drivers Association (OOIDA), “Asociación de Conductores Independientes Propietarios-Operadores”, una asociación comercial que representa a 150,000 conductores en los Estados Unidos y Canadá.
“Estos requisitos son otro ejemplo de cómo las regulaciones poco prácticas harán que los conductores seguros se salgan de la carretera”, dijo Norita Taylor, portavoz de la OOIDA.
No obstante, estas nuevas pautas fronterizas serán impuestas, en un momento en que la Casa Blanca continúa utilizando maniobras legales para aumentar las tasas de vacunación del país, para evitar que en Estados Unidos replique lo que está sucediendo en Europa con la llegada de una cuarta ola de COVID-19.
Hasta este martes, más de 47 millones de adultos en el país todavía permanecían sin vacunar, de acuerdo a los datos registrados por los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), “Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades” de Estados Unidos.
En cualquier caso, una política general de Biden que requeriría que los trabajadores de las grandes empresas demuestren su estado de vacunación o se sometan a pruebas semanales y usen máscaras antes del 4 de enero fue detenida por un tribunal federal la semana pasada.
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