El expresidente Donald J. Trump aún no ha superado el haber sido expulsado de su red social favorita Twitter. La semana pasada se conoció que su equipo legal acudió en agosto con un juez federal para que le exija a esta empresa fundada por Jack Dorsey, que restaure su cuenta, la cual fue «suspendida de por vida» por ‘glorificar la violencia» en enero pasado.
Trump a través de su equipo legal presentó una solicitud de medida cautelar preliminar contra Twitter en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Florida, con el argumento que «supuestamente» el Congreso presionó a Twitter para que suspendieran su cuenta.
Esta demanda había sido anunciada en julio por Trump, pues a su juicio Facebook, Google y Twitter violaron sus derechos y dijo iniciaría un cruzada contra las tres grandes Big Tech y sus directores ejecutivos, para hacerles «rendir cuentas» por lo que considera un ataque a su «libertad de expresión».
Como se recordará, luego del ataque al Capitolio por parte de los seguidores de Trump el pasado 6 de enero, varias redes sociales decidieron suspender las cuentas del exmandatario, ya que fue notorio que este asalto, comenzó tras un discurso incendiario de Trump en el que dijo que hubo fraude en su contra en las elecciones de noviembre y que había que ir al Congreso.
En esa oportunidad, en su discurso incendiario, Trump pidió a sus seguidores visitar el Congreso para presionar al entonces vicepresidente Mike Pence, para que tomara la decisión de declarar el fraude electoral de las votaciones en algunos estados como Arizona. Vale destacar que hace unas semanas atrás, una profunda investigación en ese estado, demostró que no era verdad.
Tras las denuncias del supuesto fraude, todos los tribunales y las autoridades electorales del país rechazaron las acusaciones de Trump y su equipo de campaña. Esto no le gustó al exmandatario y desde entonces ha estado enfrascado en regresar a las redes sociales.
“Twitter ejerce un grado de poder y control sobre el discurso político en este país que es inconmensurable, históricamente sin precedentes y profundamente peligroso para abrir el debate democrático”, afirmaron los abogados de Trump.
A pesar de la demanda, Twitter no respondió ante el nuevo embate del expresidente y sus representantes legales. Lo que sí sigue sosteniendo la empresa de Dorsey, es que los tuits de Trump habían violado la política de la plataforma que prohíbe la “glorificación de la violencia”.
En su momento, tras tomar la decisión de la suspensión de la cuenta, Twitter y muchos actores políticos del país afirmaron que las publicaciones incendiarias de Trump contribuyeron al asalto del Capitolio.
Para el momento en que fue suspendida la cuenta del exmandatario republicano, contaba con unos 88 millones de seguidores lo que para Trump es el punto principal de su motivación para regresar a la plataforma social, pues desde ya está en campaña para regresar a la presidencia de Estados Unidos y quiere de vuelta esa tribuna.
Otro de los argumentos que utiliza el expresidente, es que acusa Twitter de permitir que los talibanes publiquen sus victorias militares en Afganistán y sus portavoces tengan cuentas en la red social, pero que a él lo censuran por, supuestamente, «glorificar la violencia» y esparcir «fake news».
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