El cambio climático es una realidad y está generando un cambio de consciencia global, debido a su alarmante impacto en nuestro planeta. Con el paso del tiempo, los efectos nocivos de ciertas actividades se han intensificado, trayendo consigo muchos problemas y tragedias no experimentadas en siglos.
Desde que se determinó que la producción cárnica es responsable de buena parte de los gases de invernadero, esta actividad ganadera a gran escala se ha convertido en un objetivo público. Las peticiones para disminuir el consumo así como más impuestos a su producción, obviamente no soy viables, pues mucha gente depende de forma directa e indirecta de esta industria.
Sin embargo, desde hace varios años, las investigaciones han determinado que es posible producir carne para el consumo humano, sin necesidad de tener millones de animales destinados a la producción cárnica para consumo humano.
Si bien es cierto que, en estos últimos años, muchas personas están reduciendo o eliminando cada vez más los productos animales de su dieta por muchas razones, incluido el bienestar animal, la salud, así como preocupaciones ambientales. También lo es que cada vez más este consumo se ha incrementado, en lugar de decrecer, lo que exige retos a nivel de la industria.
Este sector que está en aumento, en medio de las preocupaciones de su impacto medio ambiental, ha llevado al rápido crecimiento de las alternativas a la producción de carne y lácteos de origen vegetal, pero también desde un origen que proviene directamente del laboratorio, a través del método de cultivo.
El grupo Nestlé S.A., una empresa multinacional suiza de alimentos y bebidas con sede en Vevey, Vaud, Suiza, tiene tiempo involucrada en la investigación y desarrollo de métodos alternativos de producción cárnica y láctea. Sin embargo, esta empresa ahora ha valorado dar un paso más allá y estudia entrar en el sector de la carne cultivada.
Por ello, en un comunicado, la multinacional ha explicado, que ha comenzado a evaluar el negocio y las tecnologías innovadoras que permiten producir carne cultivada con varios socios externos y empresas emergentes. A su juicio, este campo puede dar lugar a productos más respetuosos con el medio ambiente.
Su objetivo es estudiar el mercado emergente de la carne cultivada en laboratorio basadas en células animales. En concreto, esta compañía informó que en estos momentos se encuentra «monitoreando de cerca las tendencias científicas y explorando tecnologías emergentes» con el fin de «comprender el potencial de las futuras alternativas a la carne«.
Por ello, investigadores del Nestlé Institute of Material Sciences, «Instituto Nestlé de Ciencias de los Materiales» en Nestlé Research el departamento científico de Nestlé en la localidad suiza se Lausana están desarrollando un proyecto con otras compañías para «explorar el potencial de los componentes de la carne cultivada que no comprometen el sabor ni la sostenibilidad«.
«Durante muchos años hemos estado invirtiendo en nuestra experiencia en proteínas y el desarrollo de tecnologías patentadas para alternativas de carne de origen vegetal, lo que nos permite expandir continuamente nuestra amplia gama de Productos sabrosos y nutritivos con un menor impacto ambiental«, explica el director del Instituto de Ciencias de los Materiales de Nestlé, Reinhard Behringer.
«Para complementar estos esfuerzos, también estamos explorando tecnologías que podrían conducir a alternativas amigables con los animales que sean nutritivas, sostenibles y cercanas a la carne en términos de sabor, sabor y textura. estamos emocionados de comprender su potencial«, añade Behringer en el comunicado difundido por la multinacional suiza.
Entre estos socios se encuentra la empresa israelí Future Meat Technologies, la cual es capaz de producir una pechuga de pollo a base de células por 7,50 dólares el kilo, entre otra variedad de carnes. La decisión de Nestlé sigue la tendencia de otras grandes compañías que han decidido explorar este mercado con la motivación de encontrar alimentos que sean saludables y que respeten el medioambiente.
De hecho, esta empresa Future Meat Technologies, se convirtió en pionera el pasado mes de junio con la apertura de la primera fábrica de carne cultivada en laboratorio del mundo. La planta industrial de esta compañía, ubicada en la ciudad israelí de Rehovot, cuenta con capacidad para producir 500 kilogramos diarios de productos cárnicos basados en células animales, lo que equivale a unas 5,000 hamburguesas.
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