Estados Unidos es hoy en día un país bastante dividido luego que finalizaran las elecciones presidenciales, en las cuales el presidente Donald J. Trump, buscaba su reelección y en donde candidato demócrata Joe Biden, pretende ganársela.
Los conteos de votos se han retrasado en algunos estados donde la ley lo permite, para contar el aluvión de los votos que han llegado por correo, los cuales de alguna forma están inclinando la balanza a favor de Biden.
Es indudable este conteo de votos, está generado una tensión sobre la asignación de delegados en el Colegio Electoral, el órgano conformado por 538 compromisarios que define el ganador de las contiendas presidenciales en el país.
Esto no es del agrado del presidente, quien ha cantado fraude sin presentar pruebas reales y concretas, sólo señalando que está siendo víctima de un robo de votos que al final le arrebatarían la reelección.
La tensión política causada por el conteo de votos y con las denuncias de fraude del presidente Trump, se ha trasladado a las calles bajo una consigna: “Count every vote”, “Cuenten cada voto”, en la cual grupos de ciudadanos anti-Trump buscan que se respete la decisión del pueblo estadounidense.
Una tensión que comenzó cuando en la madrugada del 4 de noviembre tras las elecciones el propio presidente Trump se autodeclaró ganador, sin conocerse los resultados definitivos y denunciando un “supuesto” fraude electoral sin aportar pruebas.
Y que se acrecentó cuando la campaña del presidente Trump desató varias acciones legales en todos los estados donde los resultados de la votación no les favorecen con el fin de detener principalmente el conteo de votos.
Aquí fue el origen de las protestas anti-Trump en las principales ciudades del país bajo el grito «Count every vote«, que fueron seguidas de las protestas pro-Trump, en cada rincón del país en donde también asumieron el mismo lema dependiendo del estado.
Decenas de sus simpatizantes rodearon este miércoles centros de recuento de papeletas en Detroit, Pennsylvania y Phoenix, Arizona, exigiendo detener o acelerar el proceso de escrutinio según sea la situación en la que se encuentra el conteo.
Todos ellos, haciéndose eco de las denuncias infundadas del presidente Trump, quien a través de su campaña ha enviado un fuerte mensaje a su base de seguidores en las redes sociales.
Los seguidores del presidente Trump han secundado estas denuncias infundadas expresadas en las redes sociales, organizando protestas callejeras, reuniones y otros llamados de acción política, para protestar a favor del candidato republicano.
Paralelo a esto, la campaña republicana se ha centrado en movilizar ejércitos de abogados para solicitar por la vía de los tribunales reconteo de votos y otras medidas para controlar o reducir el número de boletas que pueden ser procesadas.
En todo caso, casi todas las proyecciones muestran al unísono que el presidente Trump va detrás de Biden en Nevada y Arizona (aunque este último estado AP, ya lo refleja como un triunfo del candidato demócrata).
Mientras que en Pennsylvania, Carolina del Norte y Georgia la ventaja del presidente Trump frente a Biden, continua reduciéndose a medida que avanza el proceso de conteo de los votos recibidos por correo.
Las manifestaciones pro-Trump, en Detroit, Michigan estuvieron gritando este miércoles consignas que decían: “¡Detengan el conteo!” y “¡Detengan la votación!”, aunque horas más tarde, este estado fue adjudicado al candidato demócrata.
La fiscal general de Michigan, la demócrata Dana Nessel, explicó que a ambos partidos y al público se les había dado acceso al conteo “utilizando un robusto sistema de controles y contrapesos para garantizar que todos los votos sean contabilizados imparcialmente y con precisión«.
Al contrario de lo sucedido en Michigan, en Phoenix, Arizona, la consigna que coreaban los manifestantes pro-Trump, era: «¡Cuenten esos votos!«, “¡Detengan el robo!”, muchos de ellos armados, quienes llenaron gran parte del estacionamiento en el centro electoral del condado de Maricopa.
Esta situación delicada llevó a la policía a tener que vigilar tanto el exterior del edificio como el proceso de escrutinio dentro para controlar la creciente tensión entre partidarios del presidente y quienes lo adversan políticamente.
Esta tensión en las calles también se vivió de igual o mayor medida en ciudades como Filadelfia, Portland, New York City y Seattle donde varias personas han sido arrestadas durante las diferentes manifestaciones.
Por ahora, la única consigna que puede unir a la mayoría de los manifestantes es: “Count every vote” y ojalá cuando pase esta tormenta, Estados Unidos vuelva a ser un país más centrado y enfocado en valores democráticos como ha sido siempre.
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