Con la finalización del «Labor Day» en Estados Unidos, el país se encamina en la recta final para terminar los estímulos que se otorgaron masivamente desde el año pasado, como parte de una política de auxilio de desempleo cuando la pandemia del COVID-19 obligó a los cierres de ciudades.
Como ya es sabido, en los próximos días en aquellos estados donde todavía se reciben estos beneficios, llegarán a su fin, lo cual podría forzar «según lo que estiman algunos» a que millones de estadounidenses desempleados, algunos de los cuales no han trabajado durante toda la pandemia, a buscar trabajo.
Los analistas estiman que esas millones de personas que no hay trabajado, tendrán que tomar decisiones difíciles sobre cómo arreglárselas en una economía ahora amenazada por la variante Delta o B.1.617.2, (identificada por primera vez en la India).
De hecho, las familias más vulnerables en Mississippi, Texas, Alabama, Arizona, California, Nevada, entre otros estados, han manifestado que no tienen idea de cómo sobrevivirán con los ingresos de los que trabajan en casa, en aquellos casos que tengan de algún familiar empleado en el área formal de la economía.
Los gobiernos del expresidente Donald J. Trump y del actual presidente Joe Biden, aprobaron paquetes de estímulo generosos, mediante programas de ayuda financiados por la Federal Reserve System (Fed), «Sistema de la Reserva Federal» que entregaron pagos semanales y auxiliaron a los desempleados así como también a trabajadores independientes.
Esos paquetes de estímulo, para muchos analistas sirvieron de contención para evitar que la economía de Estados Unidos no cayera en una peor crisis económica el año pasado, durante el pleno desarrollo de la pandemia.
Sin embargo, en meses recientes han levantado controversia pues alguna autoridades estatales, los han cancelado prematuramente, afirmando que animaron a los estadounidenses a no regresar a empleos que ya son seguros para personas vacunadas, más allá de que hay estudios que contradicen esa afirmación.
En junio, el número de empleos disponibles en el país en agosto superó los 10,1 millones, pero a pesar de ello, todavía una gran cantidad de empresas continúan teniendo dificultades para contratar mano de obra.
Pero lo cierto es que a partir de hoy, los auxilios terminarán en todo el país, y aunque los economistas no esperan que afecte significativamente la recuperación estadounidense tras la debacle de 2020, el cambio indudablemente aumentará la presión sobre los desempleados.
«Creo que va a ser un hecho subestimado en la economía«, aseguró Andrew Stettner del centro de análisis progresista The Century Foundation, que también predijo que 7,5 millones de personas dependerán de los programas cuando estos terminen.
«Será una especie de crisis silenciosa«, según su opinión aunque las empresas continúan demandando mano de obra.
Las Ayudas para desempleados llegeron en marzo de 2020, cuando el Congreso se apresuró para mitigar la emergencia por la pandemia con 2,2 billones de dólares en gastos a través del paquete de rescate de la Coronavirus Aid, Relief, and Economic Security Act (CARES Act), “Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por Coronavirus“.
Si bien es cierto, que estos estímulos nunca pretendieron ser permanentes, los beneficios fueron reautorizados dos veces, más recientemente el pasado marzo con el Plan de Rescate promulgado por el presidente Biden y sus aliados demócratas en el Congreso.
Aunque inicialmente muchos en el Partido Republicano respaldaron los programas, para este año sus legisladores estuvieron discutiéndolo con reticencia. Luego 26 estados, la mayoría con gobernadores republicanos, decidieron terminar los paquetes de Ayuda total o parcialmente hace unos meses atrás, bajo el argumento de que así tendría la gente que buscar empleo.
Algunas personas continuarán recibiendo los beneficios bajo los programas regulares de desempleo, pero el fin de los pagos adicionales de 300 dólares semanales implica que sus bolsillos están a punto de encogerse.
Por su parte, Gregory Daco de Oxford Economics predijo que el recorte de beneficios reducirá el ingreso de los hogares en 4,200 millones de dólares por semana durante septiembre.
«No va a ser el tipo de golpe que pone la economía estadounidense en reversa«, dijo en una entrevista, pero predijo que «las familias de bajos ingresos y las minorías son las más propensas a ser impactadas negativamente«.
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