Este jueves, en el gobierno de Estados Unidos, se ha observado una mayor vigilancia sobre los buques de la marina de guerra de Irán, que se encuentra navegando en dirección a Centroamérica. Las agencias de seguridad norteamericanas continúan vigilando de cerca a estos dos buques, al mismo tiempo que representantes de Estados Unidos han advertido a los regímenes de Venezuela y Cuba, estrechos aliados de Teherán, que rechacen los barcos que se cree están transportando armas hacia esos países.
De acuerdo con un reporte del medio Politico, donde cita a dos funcionarios de Defensa y una fuente del Congreso bajo condición de anonimato, el Gobierno de Joe Biden está presionando a los regímenes de Caracas y de La Habana, por medio de canales diplomáticos para que no permitan que estos dos buques iraníes atraquen en sus países.
Sin embargo, personas familiarizadas con el tema, que han hablado para otros medidos han sugerido que particularmente el régimen venezolano, encabezado por Nicolás Maduro desea sacar provecho político de la situación, con la finalidad de obtener por parte de Washington un alivio de las sanciones económicas impuestas por la administración del expresidente Donald J. Trump, que poseen varios niveles de alcance económico y así como sanciones personales a cabecillas de ese gobierno.
Aunque, el gobierno de Biden, anticipándose a la jugada, ha advertido a Maduro y otros funcionarios chavistas, que de permitir que estos dos barcos iraníes atraquen en aguas venezolanas, eliminaría las probabilidades de un alivio de las sanciones impuestas al gobierno totalitario de Maduro por parte de Estados Unidos.
Uno de los altos funcionarios de la Administración Biden citados por el medio Politico en el reporte, dijo: «La entrega de tales armas sería un acto de provocación y se entendería como una amenaza para nuestros socios en el hemisferio occidental«, y además advirtió: «Nos reservaríamos el derecho a tomar las medidas apropiadas en coordinación con nuestros socios para disuadir el tránsito o la entrega de tales armas«.
El IRINS Makran (441), junto a una escolta compuesta por una fragata misilística iraní, encargada de dar apoyo, al antiguo petrolero que fue convertido en una base de operaciones flotante de más de 70 metros de largo y puesto en servicio este año. El Makran funciona como plataforma para misiones de guerra electrónica y operaciones especiales, y los funcionarios iraníes han presumido de las capacidades de misiles y armas del buque, que además puede transportar hasta siete helicópteros, así como aviones no tripulados.
Estas lanchas rápidas de a bordo del Makran, han sido empleadas por la Guardia Revolucionaria iraní en sus tensos encuentros con buques de guerra estadounidenses en el Golfo Pérsico y su estrecha boca, el Estrecho de Ormuz. Este tipo de lanchas rápidas, atacaron a un guardacostas estadounidense en el Golfo Pérsico, en 2016, apoderándose de una embarcación de la Marina estadounidense en el Golfo, creando una situación embarazosa para los militares de Washington.
Por lo que las autoridades de Estados Unidos temen, que este tipo de embarcaciones, terminen en manos de régimen de Maduro en Caracas, entre cualquier otro tipo de armamento avanzado que puede movilizar el buque Makran. Las imágenes de satélite, muestran a ambos barcos, dirigiéndose hacia al sur a lo largo de la costa oriental de África con destino final en Latinoamérica.
Sin embargo, por ahora los funcionarios estadounidenses no saben con seguridad el destino de las embarcaciones, Washington cree que pueden dirigirse a Venezuela para entregar armas. Igualmente, no está claro de inmediato, cuáles serían los planes de Venezuela para esos barcos.
Farzin Nadimi, del Washington Institute for Near East Policy (WINEP), «Instituto de Washington para la Política de Oriente Próximo«, una organización que se centra en la estrategia naval y las industrias de defensa de Irán, dijo que su mayor preocupación con respecto a la posible entrega de botes de ataque rápido a Venezuela implicaría entrenamiento.
«Si Irán ayuda a Venezuela a desarrollar tácticas similares a las practicadas por el [Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica] en la región del Golfo Pérsico, eso podría tener, en mi opinión, graves repercusiones en el futuro«, dijo Nadimi.
«Si se entregan los barcos, pueden formar el núcleo de una fuerza de guerra asimétrica dentro de las fuerzas armadas de Venezuela«, dijo el U.S. Naval Institute, «Instituto Naval de Estados Unidos» en un análisis publicado anteriormente.
“Esto podría enfocarse en interrumpir el transporte marítimo como un medio para contrarrestar fuerzas navales superiores. Las rutas marítimas hacia y desde el Canal de Panamá están cerca de la costa venezolana”.
Un funcionario de seguridad norteamericano indicó que en la mañana del miércoles los barcos habían completado más de la mitad del viaje desde Irán a Venezuela, y navegaban lentamente hacia el noroeste, a más de 1,000 millas de Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
Estos temores llegaron hasta el Congreso de Estados Unidos, pues los legisladores que reciben regularmente información sobre el asunto han presionado públicamente al Gobierno de Biden para que trabaje en la disuasión de los barcos.
The #MaduroRegime bought military equipment from #Iran & then invited them into the Western Hemisphere
So don’t be surprised if in less than 3 weeks we have Iran’s largest military vessel & their most modern warship (a guided missile corvette) patrolling the Gulf of Mexico.
— Marco Rubio (@marcorubio) June 9, 2021
«Esto no parece una entrega de carga de petróleo o combustible«, escribió en su cuenta de Twitter el vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado, el cubanoamericano Marco Rubio. «Esto tiene todas las marcas de la entrega en [sic] una venta de armas (como barcos de ataque rápido) a Venezuela junto con la oportunidad de proyectar un mensaje de fuerza a la Administración Biden«.
En cualquier caso, Teherán que se ha consolidado como uno de los principales apoyos del gobierno autoritario de Caracas en materia política, económica y militar, no pareciera importarle el alcance de las sanciones estadounidenses, por lo que constantemente continúa uniendo esfuerzos con otros regímenes contrarios a Washington, para desafiar a occidente.
Esta posición de desafío de Teherán, está siendo aprovechado por Maduro y su régimen, para continuar sacando partido de esta relación de vieja data entre ambos gobiernos, sobre todo en el ámbito militar.
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