Jerome Powell, el presidente de la Federal Reserve System (Fed), «Sistema de la Reserva Federal» en español, el banco central de los Estados Unidos, dijo el día de ayer que la recuperación del país podría tardar más de un año y medio en recuperarse completamente de la crisis económica que está provocando el COVID-19.
En ese sentido, el presidente de la Fed señaló en una entrevista en el programa “60 Minutes” transmitido por la cadena CBS, que: “Podría tomar un tiempo. Podría tomar un periodo de tiempo. Podría extenderse hasta finales del próximo año. Realmente no lo sabemos“, para advertir que la situación actual ocasionada por el coronavirus, afectó la economía de los EEUU.
Sin embargo, luego para matizar sus declaraciones, se mostró más que “optimista” acerca de la eventual recuperación económica del país pese al panorama económico que atraviesa, agregando que “A largo plazo e incluso a mediano plazo, no querrías apostar contra la economía de EEUU”, pues aunque haya una breve parálisis, los estímulos financieros es posible que tengan un impacto favorable en la reactivación económica del país.
Powell también fue cauto al señalar que “asumiendo que no hay una segunda ola de coronavirus” prevé que “la economía repunte ininterrumpidamente a lo largo de la segunda mitad de este año”, lo que sin duda da esperanzas a muchos trabajadores que han perdido sus empleos, pero también a muchos comerciantes y empresarios que debieron cerrar producto de la crisis ocasionada por la pandemia.
No obstante, el presidente de la Fed, fue enfático al indicar que para que haya un recuperación integral, “la gente tiene que estar completamente confiada, y eso puede que tenga que esperar la llegada de una vacuna“, algo por lo que el gobierno del presidente Donald Trump, ha establecido como el principal objetivo a lograr antes de que termine este año 2020, aún en contra de los pronósticos de los expertos en el tema, que han sido más conservadores, señalando que en todo caso hacia el primer trimestre del 2021 es que se tendrá una vacuna que pueda estar lista para ser distribuida a todos los norteamericanos.
Pero los números de la economía no dan tregua, ya que según el Report on the Economic Well-Being of U.S. Households «Informe sobre el Bienestar Económico de los Hogares Estadounidenses» en español, publicado por la Fed la semana pasada, “Treinta y nueve por ciento de las personas que trabajaron en febrero con un ingreso familiar inferior a $40,000 dólares reportaron una pérdida de empleo en marzo. Otro 6% de todos los adultos tuvo que aceptar reducción en sus horas laborales o tomaron vacaciones no remuneradas. En conjunto, 19% de todos los adultos informaron que perdieron un trabajo o tuvieron una reducción de horas laborales en marzo.
También en este informe, se señala que muchos estadounidenses tendrían dificultades para pagar una factura inesperada de $400 dólares sin pedir un préstamo o vender algo, lo cual ensombrece aún más el panorama. De hecho, el primer cálculo de evolución del Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre del año en los Estados Unidos, ha registrado una gran contracción del 4.8 %, pero los analistas estiman que las cifras del segundo trimestre sean mucho más dramáticas y desalentadoras, aun cuando ha comenzado a reactivarse la economía.
Las cifras del desempleo en el país se dispararon en abril en un 10.3%, hasta alcanzar una tasa del 14.7% de desempleo, como consecuencia de la gran oleada de despidos, para dejar una cifra no vista desde hace 70 años en la nación con la economía más pujante del mundo.
Ante este escenario, la Fed tuvo que salir al rescate, inyectando emisiones masivas de liquidez en los mercados financieros empleando a fondo la flexibilización cuantitativa, haciendo compras masivas de deuda y bajando los tipos de interés prácticamente a 0%, en una serie de medidas que buscan dar aire a una economía asfixiada por la situación la cuarentena. Ello ha motivado a que el presidente de la Fed haya instado, al Congreso de los EEUU a tomar medidas fiscales adicionales para hacer frente a lo que él ha señalado como una “crisis sin precedentes”, que ha llevado al día de hoy a más de 36 millones de estadounidenses a solicitar las ayudas de desempleo y a otra gran parte de la población que son inmigrantes indocumentados a pasar un sufrimiento sin precedentes.
El propio Powell ha dicho: “Es un momento de gran sufrimiento y dificultad y ha llegado tan rápido y con tal fuerza que realmente no puedes poner en palabras el dolor que gente está sufriendo y la incertidumbre que están encarando”.
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