Un nuevo estudio publicado en la revista General Psychiatry, analizó la salud física y cognitiva de más de 2,200 personas mayores de 60 años que residen en grandes ciudades de China, y se concluyó que los adultos mayores que tomaron siestas por la tarde obtuvieron puntajes más altos en una prueba cognitiva que los que no tomaron siestas, según los investigadores.
Por ello, este estudio sugiere que tomar una siesta por la tarde puede agudizar la mente de las personas si se posee más de 60 años, por lo que es hora de abandonar los viejos paradigmas que le daban mala reputación a las siestas vespertinas.
En el pasado dormir por la tarde, era visto por algunos como un signo de pereza, poca energía o incluso enfermedad. Pero ahora los investigadores dijeron que tras analizar a 2,214 sujetos de estudio mayores de 60 años, observaron que unos 1,534 tomaron siestas regulares por la tarde, mientras que 680 no lo hicieron.
Aunque varios estudios han demostrado que la siesta por la tarde promueve la función cognitiva en los ancianos; por otro lado, otros estudios han mostrado resultados opuestos. Este estudio más actualizado examinó más a fondo la relación entre las siestas por la tarde y la función cognitiva en la población china que envejece y sus resultados pueden ser iguales en otros grupos étnicos en todo el mundo.
Todos los participantes del estudio, recibieron evaluaciones cognitivas en una versión de china de las pruebas Montreal Cognitive Assessment, «Evaluación Cognitiva de Montreal«, el Mini-Mental State Examination (MMSE), «Mini Examen del Estado Mental» y una versión china de la Neuropsychological Test Battery, «Batería de Pruebas Neuropsicológicas«.
Además, de entre todos los sujetos, unos 739 ancianos se ofrecieron como voluntarios para realizar análisis de lípidos en la sangre. Al final, se observó diferencias significativas en la función cognitiva y los lípidos en sangre entre los grupos que dormían y no dormían.
Por lo tanto, se concluyó que la siesta de la tarde se asoció con una mejor función cognitiva, incluida la orientación, el lenguaje y la memoria en el presente estudio.
Los sujetos con el hábito de tomar siestas por la tarde también mostraron un nivel más alto de triglicéridos que los sujetos que no tomaron siestas.
Al final, los resultados demostraron que las siestas de la tarde estaban relacionadas con una mejor función cognitiva en la población china que envejece.
Durante el estudio observacional, se encontró que los que duermen «siestas vespertinas» puntuaron «significativamente más alto» en el las pruebas, como la MMSE, una prueba de detección de demencia estandarizada que incluye evaluaciones de habilidades visuoespaciales, capacidad de atención, resolución de problemas, memoria de trabajo, conciencia de ubicación y fluidez verbal.
Los que duermen la siesta se desempeñaron particularmente bien en las últimas tres categorías, según el estudio dirigido por el Dr. Lin Sun del Alzheimer’s Disease and Related Disorders Center (ADRDC), «Centro de Enfermedad de Alzheimer y Trastornos Relacionados» de la ciudad de Shanghai y la Jiao Tong University, «Universidad Jiao Tong» de la misma ciudad.
En el grupo de estudio, tanto los que duermen la siesta vespertina como los que no lo hacen, durmieron en promedio de 6.5 horas por noche.
Estas siestas vespertinas realizadas por los participantes se definieron, como dormir al menos 5 minutos consecutivos pero no más de 2 horas, en cualquier momento después del almuerzo.
Se preguntó a los que dormían la siesta con qué frecuencia lo hacían durante una semana normal. Los participantes del estudio, dieron respuestas que variaron desde una vez a la semana hasta diariamente.
Sin embargo, algunos otros profesionales que analizaron el estudio, determinaron que una debilidad del estudio fue que los investigadores no preguntaron a los participantes cuánto tiempo tomaban la siesta ni a qué hora específica del día, pues con estos valores, se hubiesen tenido resultados todavía más precisos.
En cualquier caso, ahora está comprobado que una breve siesta por la tarde puede hacer que se sienta alerta y listo para afrontar el resto del día sin sentimientos de «inercia del sueño«, la confusión, desorientación y aturdimiento que puede sentir al despertar.
No obstante, en Estados Unidos, algunos estudios concluyeron que si bien es cierto que este estudio en China, así como algunos otros realizados en Europa, demostraron que las siestas de la tarde mejoran la agilidad mental, no está claro aún y no se ha comprobado que las siestas sean capaces de prevenir el deterioro cognitivo a medida que las personas envejecen.
En Japón, tomar la siesta vespertina, es algo rutinario y prácticamente ancestral, personas de todas las edades lo realizan. Incluso, dentro de las empresas japonesas, hay espacios específicos para que los ejecutivos tomen una siesta de entre 5 y 15 minutos en la tarde, después de la hora de almuerzo.
De hecho, se ha demostrado que las siestas cortas «de menos de 30 minutos» aumentan el estado de alerta en las personas, mejoran el rendimiento cognitivo y elevan el estado de ánimo durante el resto del día.
Pero, no todo lo que brilla es oro, ya que tomar siestas más largas, pueden esconder patologías relacionadas con la psique.
También es posible, que si las personas duermen la siesta por espacio de «más de 1 hora«, este comportamiento esconda factores relacionados con la cantidad o calidad de su sueño nocturno.
Existen trastornos del sueño, que afectan la cantidad o la calidad, que pueden estar asociados a malos hábitos al dormir.
Las pantallas LED, OLED y Plasma, con luces brillantes azules, tienen un impacto significativo en este sentido, por lo que en las personas mayores de 65 años su impacto pueden ser aún más perjudicial.
Por otro lado, las condiciones médicas o los medicamentos que se usan para tratar a las personas mayores, también pueden afectar la calidad y cantidad del sueño y quizás una siesta vespertina, sea capaz de compensar las alteraciones del sueño nocturno.
Aunque todavía los expertos del sueño, señalan que es necesario realizar más investigaciones para determinar si los cambios neurodegenerativos (como la demencia) asociados con el paso de edad, pudieran ser causa la alteración del sueño/vigilia, o si por el contrario, es la falta de sueño/vigilia, la que produce estos cambios.
Por último, también se desconoce si las personas menores a 60 años, obtienen algún beneficio neurológico al tomar una siesta vespertina, por lo que los estudios en este campo deberán seguir avanzando para conocer y comprender los beneficios que pudiera producir dormir la siesta en las tardes.
Lo único válido, es que independientemente de la edad, la mayoría de las personas que toman una corta siesta en horas de la tarde, tienen un elevado nivel de productividad, al resto que no toma un descanso.
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